Consideraciones para los menús navideños
Si hay algo que defina a la Navidad, es que se trata de una
época de excesos y de consumismo. Cuando llega enero nos damos cuenta de que
hemos cogido unos kilos de más por culpa de los ostentosos menús de Nochebuena
y de Nochevieja, y de los picoteos a la bandeja de dulces. Más allá de cómo
termine nuestra silueta, la comida navideña puede también incidir muy
negativamente en nuestra salud.
Además de las posibles intoxicaciones alimentarias,
gastroenteritis y otras dolencias asociadas a las comidas copiosas, el ácido
úrico, y nuestros riñones pueden sufrir mucho durante estas fiestas. Para
solucionarlo, evitar la tentación del marisco e intentar dejar de lado el
alcohol.
Día a día, nuestro organismo consume y transforma en
nutrientes aquellas sustancias que son beneficiosas y elimina el resto por
medio del sudor, las heces o la orina. Precisamente, cuando hablamos del ácido
úrico, no nos referimos a otra cosa que a un material de deshecho. Según la
doctora Paloma Casado, especialista en medicina familiar, este producto es
"el resultado final del metabolismo del nitrógeno en el organismo, y se
llama así porque se elimina principalmente por la orina, tras ser filtrado de
la sangre por el riñón".
Hasta aquí todo correcto. El problema viene cuando los
niveles en sangre de ácido úrico están por encima de lo normal. Éstos, también
conocidos como hiperuricemia, "normalmente están motivamos por factores
genéticos, pero, si bien, los niveles tienden a subir a partir de los 40 años
para los varones, en los que es mucho más frecuente, y tras la menopausia en
las mujeres", detalla la doctora.
Más allá de la genética, también es más frecuente en
personas que abusan del alcohol, en aquellas con sobrepeso, o los pacientes afectados
por otros problemas metabólicos tales como la diabetes o la hipercolesterolemia.
Además, algunos fármacos también pueden elevar los porcentajes.
El dolor, el principal temor
Cuando hay un exceso de este componente, pueden aparecer las
llamadas crisis de gota, que se producen cuando "el ácido forma pequeños
cristales que se depositan en las articulaciones provocando su
inflamación", comenta Casado. Asimismo, "cuando hay una excesiva
concentración del mismo en los riñones, se pueden formar cálculos renales,
dando lugar a los cólicos nefríticos", agrega la experta.
El principal síntoma de una crisis de gota es que la
articulación afectada se inflama, se enrojece y duele. Sin embargo, en el caso
de los cálculos renales, al atacar al riñón, "se da un cuadro de dolor
intenso que irradia desde la zona lumbar a los genitales, con molestias al
orinar e incluso sangre", declara la doctora.
Alimentos prohibidos
Como en todo, la prevención es el primer objetivo que se
debe tener en mente, especialmente en aquellos pacientes con antecedentes
familiares. Paloma Casado explica que hay que "evitar los alimentos ricos
en purinas, restringir al máximo las bebidas alcohólicas y beber de 2 a 3
litros de agua al día". También hay medicamentos que ayudan a mantener los
niveles de ácido úrico estables, y "durante las crisis está muy indicado
el uso de antiinflamatorios, y aplicar calor en caso de los cólicos, o frío si
hablamos de gota", detalla la especialista.
Con respecto a los alimentos a evitar, la doctora advierte
de que "lo fundamental es eliminar las bebidas alcohólicas, incluyendo la
cerveza sin alcohol". Además, una persona con problemas de ácido úrico
debe abstenerse de excederse en la ingesta proteica y de grasas poliinsaturadas:
- Casi todas las
carnes de caza: conejo, perdices, jabalí, ciervo, etc.
- Vísceras: hígado, riñones, sesos, lengua, mollejas, patés,
foie, etc.
- Todo tipo de marisco y las huevas de pescado.
- Pescado azul como la trucha, arenques, boquerones,
salmonetes, etc.
Ahora que se acercan las navidades, es muy importante tener
en cuenta que algunos de los platos más deseados para Nochebuena pueden
hacernos pasar un mal rato. Paloma Casado recomienda que, si tenemos el ácido
úrico un poco alto, "para poder empezar con buen pie el nuevo año,
tendremos que beber alcohol con moderación, y sustituirlo por agua o zumos de
fruta (sobre todo de limón) en grandes cantidades".
Igual de aconsejable es evitar la tentación del marisco y
optar por el pescado, la ternera, el pavo y el pollo como el segundo plato de
nuestro menú festivo. De igual forma, lo mejor es contrarrestar los excesos
manteniendo una dieta equilibrada en el resto de los días.
3 frutas para combatir el ácido úrico
Existen una gran variedad de frutas, e incluso verduras, que
ayudan en el tratamiento para bajar el nivel de ácido úrico, ya sea porque
ayudan a eliminar las purinas o porque tienen bajo contenido en ellas. Por
ejemplo manzana, limón, naranja, huevos, tofu, nueces, mantequilla de maní,
todos los alimentos ricos en vitamina C, entre otros.
Sin embargo algunos estudios han demostrado que ciertos
frutos rojos (berry fruits) se destacan por sus propiedades especiales para
combatir el ácido úrico, por su gran cantidad de vitaminas y propiedades
antioxidantes, ellas son: cerezas, fresas y arándanos.
CEREZAS
Las cerezas son muy efectivas para tratar estados avanzados
de hiperuricemia, sobre todo cuando ya se ha manifestado la gota, debido a uno
de sus componentes: el flavonoide antocianina. Este elemento tiene grandes
propiedades antiinflamatorias que ayudan a aliviar esta afección.
Se recomienda el consumo de 250 grs. de cerezas de cualquier
variedad al día, o su equivalente en jugos.
FRESAS
Las fresas tienen la capacidad de neutralizar el ácido úrico
en el organismo, por lo que se las puede consumir cuando se ha detectado un
nivel elevado de este ácido. Puedes consumirlas solas, en ensaladas de fruta o
en batidos.
ARÁNDANOS
Los arándanos, al igual que las cerezas, tienen altos
niveles de antocianinas, por ello también pueden ser consumidos para tratar
esta enfermedad. A su vez tienen un alto contenido en vitamina C, que favorece
la eliminación de las purinas.
Se los puede consumir frescos o en mermeladas, aunque cuanto
menos proceso tenga la fruta, más propiedades conservará.
Es importante realizar controles periódicos mediante
exámenes de orina y evitar alimentos que puedan elevar el nivel de ácido úrico
en sangre.
Fuentes. salud.facilisimo.com y otramedicina.imujer.com
Agradecimientos:
Paloma Casado, especialista en medicina familiar.