A continuación os mostramos una de las tantas experiencias contadas por personas
que estuvieron cerca del final de sus vidas en este plano físico:
"Me estaba muriendo. Escuché cuando doctor me declaró
muerto. Mientras estaba acostado en la mesa de operaciones del hospital grande,
un zumbido fuerte y rudo comenzó a retumbar en mi cabeza. Al mismo tiempo,
sentí que me estaba moviendo a lo largo de un túnel largo y oscuro. Entonces,
de pronto, ¡me encontré fuera de mi cuerpo físico! Como un espectador, observé
los intentos desesperados del doctor por revivir mi cadáver.
"Pronto... me encontré con un "ser" de luz
que me mostró una recapitulación instantánea de mi vida y me ayudó a evaluar
mis hechos pasados.
"Finalmente entendí que mi tiempo de morir no había
llegado aún y que tenía que regresar a mi cuerpo. Me resistí, porque había
encontrado que mi experiencia después de la muerte había sido bastante placentera.
Pero, sin embargo, de alguna forma me reuní con mi cuerpo físico y viví"
También yo misma os puedo decir que fui testigo de como mi propia madre dos días antes de morir, tuvo una experiencia similar, en la que casi se iba, pero volvió y nos dijo que había visto como se encontraba en un túnel lleno de luz.
Esencialmente, la idea de morir es algo que siempre se nos ha enseñado a aceptar, pero en realidad solo existe en nuestras mentes.
En tal caso, si estas experiencias son ciertas, ¿Por qué seguimos aceptando que existe la muerte?
El científico estadounidense Robert Lanza afirma que tiene
pruebas definitivas para confirmar que la vida después de la muerte existe y
que de hecho la muerte, por su parte, no existe de la manera en la que la
percibimos.
Después de la muerte de su viejo amigo, Albert Einstein
dijo: "Ahora Besso se ha ido de este extraño mundo un poco por delante de
mí. Eso no significa nada. La gente como nosotros [...] sabe que la distinción
entre el pasado, el presente y el futuro es solo una ilusión obstinadamente
persistente." Nuevas pruebas continúan sugiriendo que Einstein tenía toda
la razón al decir que la muerte no es más que una ilusión.
Lanza opina que la respuesta a la pregunta '¿Qué hay más
allá de la muerte?', sobre la que los filósofos llevan siglos reflexionado
radica en la física cuántica, y en concreto en la nueva teoría del
biocentrismo. Según el científico, de la Escuela de Medicina de la Universidad
Wake Forest (Wake Forest University School of Medicine), en Carolina del Norte,
la solución a esa cuestión eterna consiste en la idea de que el concepto de la
muerte es un mero producto de nuestra conciencia.
El profesor afirma que el biocentrismo explica que el
universo solo existe debido a la conciencia de un individuo sobre él mismo. Lo
mismo sucede con los conceptos de espacio y tiempo, que Lanza describe como
"meros instrumentos de la mente", publica el periódico británico 'The
Independent'.
En un mensaje publicado en el sitio web del científico,
Lanza explica que con esta teoría el concepto de la muerte como la conocemos
"no existe en ningún sentido real", ya que no hay verdaderos límites
según los cuales se pueda definir.
"Esencialmente, la idea de morir es algo que siempre se
nos ha enseñado a aceptar, pero en realidad solo existe en nuestras mentes",
opina Lanza. Asimismo, evidentemente, creemos en la muerte porque nos asociamos
con nuestro cuerpo y sabemos que los cuerpos físicos mueren.
Nuestra manera clásica de pensar se basa en la creencia de
que el mundo tiene una existencia objetiva independiente de un observador. Pero
una larga lista de experimentos demuestra todo lo contrario. El nuevo
biocentrismo, la teoría elaborada por el científico, supone que la muerte no
puede ser un evento terminal, tal y como la solemos considerar.
La muerte no existe en un mundo sin espacio ni tiempo. La
inmortalidad no significa la existencia perpetua en el sistema temporal, sino
que se encuentra completamente fuera del tiempo. Lanza indica también que el
biocentrismo es similar a la idea de universos paralelos, la hipótesis
formulada por físicos teóricos según la cual hay un número infinito de
universos y todo lo que podría suceder ocurre en alguno de ellos. La muerte no
existe en ningún sentido real en estos escenarios. Existen todos los universos
posibles simultáneamente, independientemente de lo que ocurre en cualquiera de
ellos, escribía Lanza en la revista 'Psychology Today'.
En términos de cómo afecta ese concepto a la vida después de
la muerte, el profesor explica que, cuando morimos, nuestra vida se convierte
en una "flor perenne que vuelve a florecer en el multiverso" y agrega
que "la vida es una aventura que trasciende nuestra forma lineal ordinaria
de pensar; сuando morimos, no lo hacemos según una matriz aleatoria, sino según
la matriz ineludible de la vida".
"La muerte no existe en un mundo sin espacio ni tiempo.
La inmortalidad no significa la existencia perpetua en el sistema temporal,
sino que se encuentra completamente fuera del tiempo", subraya Lanza.
CONCLUSIÓN
La gran mayoría de las personas le tienen miedo a la muerte,
tal vez por ignorancia y falta de conocimientos sobre lo que hay más allá de lo que nuestros ojos pueden ver; o
tal vez el miedo a la muerte nos llegue por un instinto natural que la naturaleza
humana no la acepta.
En este tiempo pascual tras la resurrección no estaría mal reflexionar sobre la buena nueva que Jesucristo vino a decirnos que al fin y al cabo era lo mismo que científicamente ahora se trata de demostrar: QUE NO EXISTE LA MUERTE, QUE NO DEBEMOS TEMER NADA.
Si no tenemos miedo, habremos quitado de en medio el principal obstáculo para amar. Quizás la felicidad en esta vida sólo consista en esto y el temor a la muerte sea lo que nos incapacita para amar.
Sí así fuera, libres de todo temor ¿Qué nos impidiría entonces dedicarnos a disfrutar de la vida? ¿Qué nos impide gozar desde ahora de la resurrección?
¿Y si todo sea cuestión de conciencia, de concienciarnos acerca de esta verdad de eternidad? Aquel ser que ve a la luz de la verdad y despierta de la inconsciencia, al conocer su verdadera esencia eterna no podría hacer otra cosa que amar... Algo similar ocurría en el famoso mito de la caverna de Platón. El que salía fuera de esa caverna de la mente y estaba fuera de los límites del espacio y el tiempo, aquel que veía la verdadera realidad gracias a la luz externa sentía la necesidad de volver a rescatar a los demás de sus tinieblas que los mantenía esclavos de una falsa realidad.
En tal caso, ya no estaríamos hablando de vida o muerte, sino de luz o obscuridad, conciencia o inconciencia...¿He ahí donde radica la diferencia?
Si en realidad no morimos, yo iría aún más allá y me atrevería a preguntar: ¿Quién nos puede entonces destruir o causar algún mal? Y si nada ni nadie nos puede destruir ¿Qué nos impediría vivir como hermanos en armonía y unidad?
A partir de aquí se podría plantear un nuevo interrogante que cada cual podría probar a responderse: ¿La aniquilación de la muerte aniquilaría el mal? ¿Será este el verdadero significado del verbo resucitar?
En cualquier caso, desde el Jardín de Judith os deseamos una Feliz Pascua no sólo para esta vida, sino para toda la eternidad...